1. Puntualidad japonesa
Los japoneses son muy puntuales. Un ejemplo que expresa hasta donde llega la precisión japonesa con respecto a los horarios es el しんかんせん o tren bala: los horarios que los conductores de しんかんせん tienen que respetar están programados en intervalos de 15 segundos (estando establecidos los tiempos de llegada a una estación en minutos y segundos, como por ejemplo las 13h 10’ 15’’).
Además si un tren se retrasa más de 5 minutos, la empresa ferroviaria te proporcionará un justificante para que puedas demostrar que tu retraso se ha producido por una incidencia en la línea.
A los japoneses no les gusta nada hacer esperar a los demás y tienen mucho cuidado para no llegar tarde si han quedado en un lugar a una determinada hora. Aunque se retrasen sólo unos minutos, no dudarán en avisar por mensaje a los demás. A veces esta costumbre sorprende a los argentinos. Es normal que un japonés llegue unos cinco minutos antes de la hora establecida y que llame preocupado a la otra persona si no se ha presentado a la hora en punto. Si quedás con un japonés y llegas tarde será adecuado que te disculpes utilizando la fórmula おくれて すみません.
Los japoneses suelen planear sus encuentros unos días (a veces unos meses) antes, y no suelen hacer planes en el mismo día.
2. El fiel amigo Hachiko
La historia del perro Hachiko es muy conocida por ser un símbolo de la fidelidad. En 1924, un profesor de universidad llamado Ueno se hizo cargo de este perro a pesar de tener siete más y de ahí el nombre Hachiko (hachi = 8). Al parecer el profesor le tomó especial cariño y hacía que cada día lo acompañase hasta la estación de Shibuya. Un año después, el señor Ueno murió repentinamente durante una clase. A pesar de ello, Hachiko siguió acudiendo a la estación de Shibuya cada día durante diez años, hasta el final de su vida, con la esperanza de reencontrarse con su amo. Siete años después de la muerte del profesor, fue una prueba de fidelidad tan conmovedora que un periódico publicó un artículo sobre él y gracias a ello su historia ha perdurado en el tiempo. Una estatua se erigió en memoria de Hachiko en el mismo lugar al que acudía cada día, y hoy es uno de los puntos de encuentro más populares entre la población de Tokio.
3. El cascabel de plata de la estación de Tokio
El punto de encuentro ぎんのすず (el cascabel de plata), en la estación de Tokio, es el más popular de Japón. Pero, ¿conocen la historia de su creación? Se le ocurrió a un trabajador de la estación utilizar un cascabel de cartón y papel de aluminio para marcar un lugar en el que la gente pudiera reunirse. La idea era crear un símbolo que llamase fácilmente la atención. Se hizo tan popular que se rehizo tres veces más utilizando materiales más duraderos y hoy la gente se sigue reuniendo alrededor del actual cascabel, diseñado por el célebre artista Ryouhei Miyata.